Una vez, Leroy Merlin en la picota (no entiendo por qué seguimos comprando en semejante nido de estafas). El día 05/08/2014 adquirí dos encimeras en la tienda Leroy Merlin de las Rozas, Madrid, para que fueran cortadas a la medida deseada y enviadas a mi domicilio. Una vez entregadas, descubro que una de las esquinas frontales presenta un desconchón considerable, producto de una mala manipulación, ya sea en el corte o durante el transporte y entrega. He tratado desde entonces de ponerme en contacto con el servicio de atención al cliente de la tienda y no ha habido forma humana. En el teléfono, un contestador automático te remite a la web para hacer cualquier tipo de reclamación. En la página web, el formulario funciona en bucle: introduces todos los datos, incluido el famoso captcha, y a cada vez te señala que te has equivocado al escribirlo, y vuelta a empezar. Todo un sistema diseñado para dar la apariencia del buen servicio, pero que se queda en eso, mera apariencia. Porque no hay forma de conectar tanto con el servicio de atención al cliente como con el de reclamaciones vía web. En otras palabras, un timo.