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La Justicia permite el abuso a las segundas esposas (1)

Administracion de Justicia
Madrid - Madrid - Madrid


  Estamos habituados a definir las personas en
  buenas y malas. Es lo que llamo el síndrome
  Disney. El bueno es siempre bueno y el malo es
  malísimo.
  Pues lamento decir que eso no es cierto.
  
  Cuando hablas por separado con 2 personas que se
  han separado, es curioso, pues cada uno te contará
  su propia versión y los dos tendrán su razón.
  El ayudar solo a una de las partes para que pueda
  hundir a la otra parte es muy dañino pues provoca
  en la otra parte una necesidad de equilibrar el
  abuso ocasionado. Se da todo tipo de facilidades a
  la persona que menos interés tiene en llegar a un
  a solución consensuada.
  Cuando un matrimonio se separa, los poderes
  públicos ayudan a la mujer. En ocasiones le dan a
  entender que para agilizar el divorcio y
  garantizarse la custodia de los hijos, presentar
  una denuncia por mal trato la beneficiaría.
  Como consecuencia, al ex marido le avasallan con
  condenas. Cuando el hombre logra olvidar/ superar
  esa situación (expulsado de su casa, visitando a
  sus hijos 2 días cada 15 días, con una drástica
  reducción de ingresos netos y problemas de
  confianza en las mujeres) algunos rehacen su vida
  con otra mujer. Aquí vuelven a empezar los
  despropósitos. Es muy frecuente que la ex mujer,
  dolida en su amor propio, retome la senda de las
  denuncias. Si al hombre se le ocurre volver a
  casarse pierde el derecho a la Justicia Gratuita
  pues se suman los 2 sueldos de la unidad familiar.
  Para defenderse de las nuevas denuncias debe de
  pagar abogados, pero ..... gran parte de su dinero
  lo dedica a mantener su ex mujer y sus hijos del
  anterior matrimonio. ¿saben quien paga esos
  abogados? Pues nosotras: las mal llamadas segundas
  esposas.
  Mientras que ellas (las primeras esposas) tienen
  todo el apoyo de las instituciones públicas,
  porque supuestamente son unas victimas, nosotras,
  las segundas esposas debemos de hacer frente a los
  gastos de la defensa de nuestros maridos. En
  muchas ocasiones somos nosotras, las segundas
  esposas, las que mantenemos a los padres
  separados.
  
  Nosotras sufrimos doblemente la injusticia. Nos
  dicen que para ser reconocidas debemos de ser unas
  magnificas profesionales, para ello dedicas 5 años
  a la carrera, mas los años de iniciación en el
  mundo profesional. Cuando tienes una cierta
  estabilidad económica ya tenemos 33 años y
  buscamos una pareja para formar una familia. Pero
  a esa edad hay muy pocos hombres solteros, o están
  separados, son homosexuales o tienen algún que.
  Finalmente nos casamos con 35 años, y muchas son
  las que ya no pueden tener hijos, el tiempo es
  inexorable con nosotras. No pedimos una limosna,
  sino que no nos asfixien los primeras esposas
  abusando de la justicia gratuita.
  
  



Comentarios de otros usuarios (máximo dos comentarios adicionales):
  1- Comentario del usuario XANA:
  Desgraciadamente es así de crudo. Yo "gracias" a
  la ex de mi pareja he podido conocer las
  gravísimas consecuencias de una sentencia
  machista, que sólo reconoce los derechos de la
  madre y que deja al padre casi en la indigencia.
  En nuestro caso, la ley obliga al padre a pagar
  tal cantidad al mes que le deja 700 euros para
  vivir.
  Os puedo asegurar que la impotencia que sentimos
  ante esta injusticia es muy grande. Si él no
  tuviera pareja tendría que compartir piso con lo
  que perdería la intimidad que se merece su hijo al
  estar con él cada 15 días.
  Pero claro, los jueces siguen pensando que un
  padre divorciado no necesita tener a su hijo a su
  lado, y lo que es más grave aún, que el hijo
  tampoco lo necesita.

  2- Comentario del usuario mujer52:
  Pendiente de aceptación