El 25 de agosto de 2012 compre un frigorífico LIEBHERR modelo SK4240, en el Corte Ingles de Jerez de la Frontera. El vendedor que hizo gala de la marca enumerando las cualidades y garantías de esta y en especial su calidad como buen material, total me convenció y lo compre haciendo caso a sus consejos. Todo iba bien hasta que el día 20 de septiembre de 2013, 13 meses después me doy cuenta que el frigorífico por su parte inferior en el panel derecho se está pudriendo en ambas esquinas (corrosión). Me pongo en contacto con el servicio de ventas de El Corte Ingles y estos me dan el número de teléfono de un técnico de la marca que me dice que la garantía no cubre corrosiones. (Es curioso que un frigorífico fabricado de metal no tenga garantía anti-corrosión por lo menos los dos primeros años) Se pone en contacto conmigo el servicio oficial y me dan la solución: “Hemos determinado que a la vista de las fotos y de la documentación aportada que óxido es debido a un golpe y le recomendamos UN TROCITO DE LIJA Y LA PINTURA QUE LA PROPORCIONAMOS NOSOTROS”. De vergüenza, ni se han preocupado de ver si la corrosión es de dentro hacia fuera por alguna condensación o defecto de material y dan por asumido que le hemos dado un golpe como si en mi casa fuéramos con un martillo golpeado todos los electrodoméstico como norma general. En definitiva, me he gastado 699€ en un equipo que con 13 meses de vida se esta oxidando.