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Las editoriales nos estafan con las traducciones

Editorial Debate (Random House Mondadori)
Travessera de Gracia 47-49 / 08021 Barcelona - Madrid - Madrid


  Buenos días: el motivo de mi queja está relacionado con la permanente estafa a que nos someten las editoriales -incluidas las más prestigiosas- con la mayoría de las traducciones de obras extranjeras que ponen a la venta. El caso más reciente a que me he visto expuesto es el de las memorias de Christopher Hitchens (Hitch-22, Ed. Debate). La traducción de las mismas resulta pedregosa, por un total desconocimiento de la lengua española por parte del traductor (de nacionalidad española, sin embargo). El texto no fluye (lo que es un crimen en el caso de un estilista como Hitchens), determinadas expresiones han sido volcadas literalmente y las erratas son innumerables. Estoy de hecho elaborando un detallado informe para elevar una queja bien argumentada a la editorial -y, por qué no, poner la correspondiente denuncia-, amén de tratar de devolver mi ejemplar a la Casa del Libro, donde lo adquirí, dejando claros los motivos para su devolución (y, en caso de negativa por parte de la librería, redactar la correspondiente hoja de reclamaciones. Después de todo, la librería ha actuado como cómplice en el delito). Lamentablemente, este no es un caso aislado, sino el resultado del desprecio con que se trata a los traductores en este país (muy mal pagados, escasamente especializados y la mayoría de las veces, carentes de profesionalidad y conocimientos. El típico caso del sobrino que, por haber pasado un par de veranos en Brighton, se estima que está capacitado para llevar a cabo la tarea de traducir un libro escrito en inglés) y la total falta de respeto hacia los lectores por parte de las editoriales. Si nos refiriéramos a cualquier otro producto que un libro, en que la calidad del mismo no se correspondiera con lo anunciado ni con el precio, no dudaríamos en manifestar nuestra indignación y, llegado el caso, protestar ante el fabricante y solicitar la devolución del dinero. En el caso de los libros, sin embargo, todo el mundo parece aceptar tácitamente el engaño, cuando no sólo estamos siendo estafados individualmente a la hora de adquirir un ejemplar, sino colectivamente, al permitir que esta política trapacera de las editoriales contribuya al general deterioro de nuestro idioma. Pero como éste es un asunto de mayor alcance, me limitaré por el momento a solicitar vuestro consejo en cuanto a las maneras de proceder no sólo para resolver este caso particular sino con vistas a lanzar una campaña general contra el fraude generalizado que llevan a cabo editoriales y traductores. Un saludo y gracias de antemano