Hola, hace un mes me operaron de peritonitis en el Hospital Infanta Leonor.
  Lo que habria sido una simple intervención de apendicitis se convirtió en un auténtico calvario.
  El sábado fuí con los síntomas propios de una apendicitis y me mandaron a casa, recetándome unas pastillas. Dos días después el dolor era insoportable.
  El martes, después de pasarme todo el día allí haciéndome numerosas pruebas innecesarias, llegaron a la conclusión de que había que extirparme el apéndice, el cuál estaba perforado, y se había convertido en una peritonitis.
  Cuando finalizó la intervención, me dijeron que tendría que estar una semana sin ingerir alimentos, porque se me había paralizado el intestino.
  Pero aún así, al día siguiente una de las 'simpáticas' enfermeras me obligó a comer, lo que me provocó vómitos durante dos días, con el consecuente riesgo de que se me saltaran los puntos, y para más inri, me introdujeron una sonda naso-gástrica, para 'facilitarme' la acción, pensé que me moría.
  Después, de esto, me quisieron echar antes de tiempo de la habitación, aún no habiéndome recuperado del todo, cuando debía estar allí una semana entera.
  En resumen, en este hospital te dejan en urgencias hasta que te mueres, te operan, y recién operado te tienes que duchar sólo. Y las enfermeras son unas amargadas que no quieren hacer su trabajo, el trato recibido es inhumano.