El pasado día 16 de junio compramos una lavadora en el centro Carrefour de San Blas, Madrid. Solicitamos nos fuera entregada el sábado día 20 pues se trataba de una vivienda en otra provincia en la que no hay nadie y nos teníamos que desplazar especialmente allí. Al comentarnos que no podía ser, que sólo repartían lunes, miércoles y viernes, concertamos la entrega para el viernes 19. Al no recibir noticias suyas durante la mañana del citado día, llamamos al número de atención al cliente (un 902). Tras tenernos casi 20 minutos al teléfono nos dijeron que enseguida nos llamarían para ver qué pasaba. Al cabo de más de una hora sin recibir respuesta volvimos a llamar, manteniéndonos esta vez más de media de hora y sin darnos ninguna explicación nos volvieron a decir que nos llamaban enseguida. Pasaron más de dos horas y al seguir sin respondernos, volvimos a llamar al 902, donde esta vez sí que nos dieron una explicación: la lavadora no había salido en el reparto de ese día y habían pospuesto su entrega unilateralmente, sin avisarnos ni contestarnos para el miércoles 24 de junio (tenían nuestro móvil de contacto en el que hay buzón de mensajes, además de otros teléfonos añadidos). Esto sucedía a las cuatro y media de la tarde, y tras llamar nosotros para preguntar. En la vivienda había una persona que llevaba desde las ocho de la mañana (la hora desde la que nos dijeron podía ser entregada la lavadora), que había perdido un día de vacaciones, el importe de gasolina de aproximadamente 200 km y unas llamadas a un número 902 con una duración de más de una hora. No nos parece de recibo. ¿Que hacemos nosotros ahora con el perjuicio económico que nos han producido?