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Malas Madres, de Lucía Etxebarría (2 de 2)
Sugerencia - Publicada directamente
Familia
Universo - Madrid - Madrid
Recibido en MQE - 2009-04-06 - 1 lecturas
Num: 1239013478.65819::mqe
No soy una buena madre, como no lo somos ninguna. Es lo más parecido a lo que
vivíamos en la primera adolescencia. La que intimaba con los chicos era una p**a,
la que se resistía era una estrecha: no había término medio.
El caso es que nunca llueve a gusto de todos y una mujer nunca hace las cosas
bien. A la madre nunca se le valora lo que hace y para colmo no tiene derecho a
quejarse, so pena que se le diga que... es una mala madre.
Nuestra sociedad es perfeccionista y quiere individuos perfectos.
Superhombres que se afeiten con acabado impecable, que conduzcan coches que apenas
hagan ruido, que vayan al gimnasio tres veces por semana. Supermadres de brillante
sonrisa y silueta juncal, triunfadoras en todos los ámbitos, adoradas por sus
maridos y respetadas por sus jefes, criadoras de niños sanos y emocionalmente
estables. Nuestra sociedad ha convertido el goce en un modelo, y el goce inmediato
en el valor supremo.
Y un niño no es goce ni inmediatez. Un hijo implica renuncia y perspectiva. Y sobre
todo, implica aceptar que la perfección no existe.
Usted, que me lee ¿está con los nervios de punta porque no le da tiempo a
hacer todo lo que debería?, ¿tiene diez kilos de más?, ¿no tiene tiempo para ir al
gimnasio y, si lo tuviera, lo emplearía en dormir?, ¿desearía que a veces fuera él
el que se ocupara de la compra, de la colada, de los biberones y de la visita al
pediatra?, ¿a veces se enfada, a veces está harta, a veces llora y a veces, mucha
veces, no está en condiciones de dar lo mejor de sí misma?
Estupendo. Bienvenida al Club de las Malas Madres. Recuerde: no somos las mejores
pero somos la mayoría.