BUSCADOR DE COMENTARIOS
           
COMENTARIOS PUBLICADOS




Malas Madres, de Lucía Etxebarría (2 de 2)

Familia
Universo - Madrid - Madrid


  No soy una buena madre, como no lo somos ninguna. Es lo más parecido a lo que
  vivíamos en la primera adolescencia. La que intimaba con los chicos era una p**a,
  la que se resistía era una estrecha: no había término medio.
  El caso es que nunca llueve a gusto de todos y una mujer nunca hace las cosas
  bien. A la madre nunca se le valora lo que hace y para colmo no tiene derecho a
  quejarse, so pena que se le diga que... es una mala madre.
  Nuestra sociedad es perfeccionista y quiere individuos perfectos.
  Superhombres que se afeiten con acabado impecable, que conduzcan coches que apenas
  hagan ruido, que vayan al gimnasio tres veces por semana. Supermadres de brillante
  sonrisa y silueta juncal, triunfadoras en todos los ámbitos, adoradas por sus
  maridos y respetadas por sus jefes, criadoras de niños sanos y emocionalmente
  estables. Nuestra sociedad ha convertido el goce en un modelo, y el goce inmediato
  en el valor supremo.
  Y un niño no es goce ni inmediatez. Un hijo implica renuncia y perspectiva. Y sobre
  todo, implica aceptar que la perfección no existe.
  
  Usted, que me lee ¿está con los nervios de punta porque no le da tiempo a
  hacer todo lo que debería?, ¿tiene diez kilos de más?, ¿no tiene tiempo para ir al
  gimnasio y, si lo tuviera, lo emplearía en dormir?, ¿desearía que a veces fuera él
  el que se ocupara de la compra, de la colada, de los biberones y de la visita al
  pediatra?, ¿a veces se enfada, a veces está harta, a veces llora y a veces, mucha
  veces, no está en condiciones de dar lo mejor de sí misma?
  
  Estupendo. Bienvenida al Club de las Malas Madres. Recuerde: no somos las mejores
  pero somos la mayoría.